Casi no me atrevo…

Casi no me atrevo a escribir sobre ti en mi vida, eres importante, alguien a quién seguir y admirar y tuve la suerte de conocerte.

Así te recuedo, así te admiro y te presumo desde hace ya como 12 años…

Como una mujercita con fuerza de titán que nos sacudió con esperanza, una lucecita motivante para creer en la ética y la lucha desde el buen periodismo. (Hasta me gustaba yo misma ser pequeña)

La cerveza oscura y tu plática a la hora de comer. Era como escuchar relatos de batallas épicas contra grandes tirános.

Presumirte como mi amiga, invitarte a comer a casa, ¡que fortuna!

De entre la distancia y el tiempo siempre seguiste apareciendo para recordarme cómo debe ser, Regis.

Fuiste libre, permaneces libre. Inmaculada entre la corrupción y vicios de un oficio ingrato, pero que llenó tu vida.

La noche, cuando empieza el día…

Vigilante involuntario de las sombras que anteceden a  la luz, a las masas, a los vigilantes del día… yo velo sueños para soñar de día.

Yo busco mientras otros encuentran, continua búsqueda de lo que viene, tratando de adelantar, de no quedarme atrás, pero llego al punto de no saber si los rebasé o me quedé.

Espero el sol, como espero tus ojos, como espero el horizonte de tu mirada, con la primera luz  la paz llega… descanso por fin en los sueños contigo.

Contigo se me antoja bailar, ¿te he dicho eso?, escucho música y nos imagino bailando, está locochón, pero me pasa… provocas todo lo chidito en mí, hasta sentir sabrosito el moverme contigo al ritmo de música bonita…  “Cuando Juanica y Chan Chan…”

Los números de 2010

 

¡Gracias a los que visitan y siguen visitando!, el 2011 intentaré dar un poco más de palabras…

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Números crujientes

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Un duende de estadísticas ha creado esta pintura abstracta, inspirada en tus estadísticas.

Un Boeing 747-400 transporta hasta 416 pasajeros. Este blog fue visto cerca de 3,400 veces en 2010. Eso son alrededor de 8 Boeings 747-400.

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The busiest day of the year was 8 de febrero with 54 views. The most popular post that day was Xochipitzahuatl (Flor Menudita).

¿De dónde vienen?

Los sitios de referencia más populares en 2010 fueran search.conduit.com, lamaquinadesuenyos.wordpress.com, twitter.com, WordPress Dashboard y facebook.com.

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Lugares de interés en 2010

Estas son las entradas y páginas con más visitas en 2010.

1

Xochipitzahuatl (Flor Menudita) enero, 2009
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2

«Si un día quedara cuadrapléjico… marzo, 2009
5 comentários

3

Vértigo febrero, 2010
1 comentario y 2 «Me gusta» en WordPress.com,

4

Esto es enreverado diciembre, 2008

5

El «Valor» Televisa febrero, 2008
1 comentario

Vértigo

Como quien pasa años en altamar y estira la mano para bajar a puerto, la tierra firme, la certeza de la vista, la fuerza de las palabras…

Porque el vaivén seduce y las olas cantan, pero el viento silba y la lluvia perfuma el campo.

El vértigo de la certeza abruma cuando se quiere tanto…

Quiero…

Quiero ser escritor, un artista, intelectual, de admirado talento… en la cabeza revoloteando historias… una visión particular del mundo… tormentos sólo míos pero a la vez de otro…

Quiero luchar por igualdad, encubrir un movimiento armado, hablar huasteco y bailar un son, desenterrar una piramide y fotografiar una estrella en el cuadrante izquierdo de Plutón.

Quiero curar el cáncer, morirme antes que todos, tocar una gaita y ser vikingo, abrazar a Tina Modotti y publicar un periódico clandestino.

Quiero dormir profundo, tener 9 años, llegar de la playa ardida y tomar chocomilk; quiero viajar y no quedarme nunca.

Tengo una cerveza a la mano, un cigarro encendido, insomnio de días, un trabajo de mierda, adicción al café. ¿Funciona? no, son sólo mitos.

«Si un día quedara cuadrapléjico…

«Si un día quedara cuadrapléjico, me dedicaría a la cocina»…

Cuando has perdido toda posibilidad de sentir con tu cuerpo y experimentar con tu alma algunas sensaciones, no te resta más que aferrarte a lo único que puede transportarte, emocionarte, herirte incluso, y si ello es tu boca, tu paladar(no tu estómago), aliméntalo.

Y precisamente a ello se abocaba con ferviente devoción Eduardo, luego de que hace cinco años un accidente automovilístico provocado por el exceso en el consumo del alcohol, le provocara perder la movilidad y, por ende sensación, en todo su cuerpo, «del cuello hacia abajo», aclaró el médico tratante.

Lo anterior le pareció un insulto sarcástico en el momento de escucharlo, cuando al mismo tiempo trataba de asimilar la muerte de su mejor amigo, que le acompañaba en el momento del accidente.

El diagnóstico, de momento, le pareció la muerte en vida, aun cuando no era «todo su cuerpo» ¿de que le serviría mantener viva la mente? era así, consciente de su parálisis, de su dependencia, de su nuevo papel de espectador, como debería pasar el resto de su existencia.

Pero tras unos meses, varios, en realidad, luego de la negación, resignación, aceptación y todas esas supuestas etapas que sobrevienen a una experiencia de esta magnitud, Eduardo se percató, además, de que contrario a sus expectativas, la vida le había reservado un placer, el sentido del gusto. Ahora su boca era el «órgano» que le proporcionaba los mejores ratos.

Y es que al asimilar su nueva condición en el mundo, su nueva forma de vivir, sin en realidad habitar su vida, esta «única» sensación a la que de pronto se vio aferrado como al mejor de los vicios, fue la comida, primero por su olor durante el tiempo de cocción, y después por el sabor que sentía, a veces de a poco, otras en arrebato, no solo en su boca, sino en su alma.

Cada bocado que sentía en su boca lo transportaba a un país distinto y sólo visitado en su imaginación gracias a la oportuna aparición de documentales y revistas que muestran formas de vida nunca concebidas para alguien con tan poco acceso al mundo propio, ese que le rodea.

Tras pasar un par de años viviendo en casa de sus padres, entre sesiones de «rehabilitación», psicoanálisis, aromaterapia, acupuntura, reiki, desprendimientos, regresiones y hasta un remedio recomendado por la vecina de la abuelita del primo de marcos el jardinero, Eduardo vio la luz con el ofrecimiento de Ofelia, su hermana, para abrir un restaurante.

No había en la ciudad comensal mas exigente y experto que el cuadrapléjico de la calle Rivas, era ya del conocimiento público. La comida era ahora su vida y era hora de ponerla a rodar.

Era ya el tercer aniversario del lugar ubicado en Condenados No. 37, el nombre de la calle es mera coincidencia, pero que el local ostente en el brillante letrero «Anda y Ve…» era una simple forma de tomar con humor la condición del flamante dueño, administrador y jefe de cocina que no dejaba de recorrer el lugar en su silla de ruedas perfectamente adaptada.

Las especias y la repostería eran la motivación de cada mañana para Eduardo, utilizando unas y aplicando la otra pasaba los días de sus ahora 28 años de edad.

El día inicia con la taza de café a sorbos y con popote, mientras se idea el menú del día, se enlistan los ingredientes y se esperan con la mayor paciencia posible para dar inicio con la elaboración.

La especialidad de la casa es un platillo cocinado a base de salmón, champiñones, ajo, cebolla y mantequilla, acompañado por una guarnición de papás con espinacas, de nuevo ajo(ingrediente base de esta cocina) y nuez, todo bañado con una salsa agridulce de tomate y miel, pero hoy por celebrar su cumpleaños se incluyó un pastel concebido solo en los buenos sueños nocturnos.

El cacao, la miel, almendras, un poco de durazno y fresas en trozos, chocolate amargo, jerez y licor de café, cada sabor desfilaba por su paladar como las ruinas, paisajes, aldeas, desiertos, mares, ríos y montañas que existen allá, fuera de su hogar, probablemente en cada esquina de otras ciudades.

Todo esto fue llenando pequeños espacios, primero minutos, luego horas, días enteros, meses, hasta convertirse en el centro alrededor del cual giraban los soles y lunas de los ahora casi seis años desde el descubrimiento, obligado por las circunstancias, de esta vocación.

Cada mesa del lugar la ocupan comensales regulares, muchos amigos de Eduardo reunidos para celebrar su cumpleaños. Cuando el joven flaco, desgarbado, con mirada desorbitada y blanco transparente apareció en la puerta, todos parecieron extrañados, pero finalmente era un restaurante y todos eran bienvenidos.

Al no encontrar sitio para sentarse optó por ocupar uno de los bancos de la barra y recibió la atención personal de Eduardo, quien parecía sorprendido e interesado de forma particular.

La sugerencia, por supuesto, fue la especialidad de la casa.

Con el tormento asomando por cada uno de sus poros, reflejado en cada uno de sus movimientos ordenó un vaso con agua, una taza de café y un cenicero.

Pasados los primeros 10 minutos los invitados y comensales se olvidaron de su presencia, pero Eduardo decidió quedarse cerca.

Con el vaso y la taza vacíos y el segundo cigarro consumido, el extraño personaje se puso de pie….

-«Era mi cumpleaños, nunca había tomado y ese día había sido perfecto. El auto fue regalo por mi graduación de la prepa y quería que Laura, mi novia, me viera manejandolo. Yo quedé inconsciente. La culparon a ella, iba sobre mi y murió sobre el asfalto. No sé si te sea suficiente pero yo lo necesito…

El estallido ensordeció a los atónitos espectadores, Eduardo supo que no le era suficiente… aunque la culpa la tenía casi superada, el hecho le recordó que la vida no olvida….

– No vi el semáforo en rojo… había celebrado el regreso de mi mejor amigo… les tomó 2 horas sacarnos del auto… no me culparon… quedé cuadrapléjico… balbuceó entre su propia sangre.

 

A veces…dormía.

El agua hasta los tobillos contrastaba con la comodidad de este hogar construido con los colores, texturas y sabores de una cultura tan extensa, diversa y multilingüe como los pensamientos.

El dorado en el estampado de los cojines rojos, el incienso que perfuma cada habitación, los hermosos tapetes que parecen estar debajo del agua, el olor que impregna la comida puesta al centro de la mesa.  No importan los extraños sonidos generados durante la amena conversación que mantenemos con los anfitriones, los entiendo a la perfección.

La infidelidad es un tema que defiendo como universalmente injusto, para una de las partes al menos, y aunque Amira, sentada junto a su esposo parece estar de acuerdo conmigo, la infiel y el infiel se defienden con uñas y dientes.

El agua es producto de una inundación ‘permanente’, por eso los perros nadan en lugar de correr, por eso también muerden cuando se les abraza. No era mi intención golpearlo contra la mesa, simplemente reaccioné.

Juan Malqueriente (el dueño de la casa y el perro) nos gritó con un ojo a medio desorbitar que salieramos mientras regresaba a su mascota a su líquido hábitat. Yo me quedé con la mano mordida, a medio comer y perdiendo el debate a falta de apoyo. No sé porque ella parece odiarme, por más que repaso una lista mental de motivos, ninguno parece suficiente.

Con ‘su mano en mi mano’ y la de ‘él en la de ella’, nos vemos rodeados por los juegos mecánicos, las luces de colores, los sonidos estridentes, la gente enmascarada y festiva.

La sorpresa viene con el anuncio ‘Cuchillos, Asesinos y Ustedes en concierto. Pase: Gratis’. Las piernas apenas alcanzan para la carrera, su mano en mi mano, la de él en la de ella, hasta el lugar que promete semejante espectáculo guajiro en un pueblo como este.

La duda empieza con la poca asistencia al sitio. Entre filas vacias nos movemos frente al escenario, el agua en las rodillas pasa ya desapercibida. Las luces se van, el silencio trasciende hasta la feria, la pesada cortina roja empieza a deslizarse.

Los eternos segundos que toma en abrirse el telón le permiten llegar hasta mi pelo, su aspecto es de escalofrío, su olor putrefacto, su boca sanguinolenta y sus ojos muertos. Sentencia que soy sana y fuerte. Los cuatro ‘su mano en la mía’, ‘la él en la de ella’, intuitivamente nos alejamos unos espacios más.

La luz resulta de pronto cegadora, el escenario empieza a gotear y las siluetas aparecen por fin. Un hombre con ojo desorbitado baila con un perro en los hombros. Dos mujeres rubias con ojos azules, vestidos de flores y el pelo cubierto ofrecen galletas al viento, los violines marcan la tonada de las serpentinas cayendo.

Mientras me inunda la certeza de que la mujer desgranando maíz, sentada en el cojín rojo con estampado dorado nos da la Bienvenida, ‘su mano en la de ella’, ‘la de él en mi mano’, nos abrazamos y los ojos…

Me deslumbra el rayo recalcitrante de sol que se cuela por la cortina entreabierta.  Una taza de café… a veces… dormía.

 

Inspiración…?

Dos de la mañana, acostado en mi cama me dispongo a prender otro cigarro aun cuando me he prometido no fumar más, no sé si mi vicio es el tabaco o los encuentros que en ocasiones produce y de dónde salen estas conversaciones que compensan un poco la soledad de esta vida.

El humo empieza a serpentear por el aire e inicia el intercambio de ideas, opiniones, críticas y análisis. Ya no estoy sólo.

         Y bien, ¿Cómo va?-

         ¿Cómo va qué?- respondí con cierta apatía

         Pues es prácticamente de lo único que hablamos cada vez que me aparezco por aquí-

         Pues no es lo único en mi cabeza, tengo otros planes ¿sabes?- dije con cierto tono de reclamo que siempre utilizaba cuando me parecían incomodas sus palabras.

         Entonces ¿porqué estoy aquí?-

         Necesitaba un poco de compañía, eso es todo- la verdad no tenía muchas ganas de justificarme por solicitar su presencia.

         Ajá, y supongo que quieres hablar sobre el clima, ¿no? Hoy se cumple exactamente un año que te visito, ¿ya se te olvidó?.

         No desde que lo mencionaste, esperaba que pudiéramos hablar sobre otra cosa esta vez.

         Si así lo quieres-

         Gracias- estoy empezando a arrepentirme de haber prendido este cigarro.

         Entonces, ¿Cómo va? ¿Alguna idea nueva? ¿Cuánto llevas?, ¿3 capítulos?, ¿5 cuartillas?, ¿2 párrafos?, ¿Una línea?, ¿Ya pensaste en el título?.

         Bueno esperaba que pudieras ayudarme, darme nombres, lugares, ofrecerme situaciones, en un año podrías haberme dado aunque fuera una historia- Contesté en mi defensa, esa era su función, o al menos ese es el motivo por el que apareció aquí hace un año, aunque en algunas ocasiones como esta, lo único que creo necesitar es compañía.

         Bueno… ¿Qué tal una historia de amor? Ya sabes, un café, un encuentro casual, un final dramático, lleno de calamidades o imposible, con algunos…

         No… todos escriben lo mismo, debe haber al menos 3 mil 484 historias parecidas tan sólo en Televisa- interrumpí con un poco de desesperación ante una idea tan poco original, como subestimando mi talento.

         Entonces… ¿Qué te parece esto? Un hombre mayor, un pueblo viejo y sólo en donde el personaje recuerda su vida, las personas que la habitaron y las historias que vivieron, como queriendo evocar aquellos días llenos de vida de su juventud en que…

         Y que sea una más de la infinidad de historias idénticas que escriben los admiradores de Rulfo, que flojera- volví a intervenir con sarcasmo y desgano ante la conversación mediocre.

         ¡Ya sé! Escribe una novela de una familia que lleva por apellido Pelota, víctimas de la castallenización luego de someter sus creencias y costumbres…

Y así como desde hace exactamente 365 noches, justo cuando podría haber surgido una buena idea,

la conversación se interrumpe para dar paso a un ligero ardor en mi mano producido por este cigarro

consumido por el aire durante mi falta de sueño.

 

**Escrito entre enero y junio del 2004, cuando la cabecita buscaba arduamente demostrar algo…**

Espectador de la compañía en solitario

Cuando aún a disgusto con la soledad, la compañía de extraños resulta incomoda. Cuando aún ansioso por conversación, los presentes son insuficientes. Porque aún cuando la compañía está en la puerta, la reclusión resulta acogedora. Cuando la incertidumbre de lo que puede suceder carcome, pero no convence. Lo que se escucha invita y sin embargo… ser espectador de la compañía en solitario sigue siendo la constante.

Porque probablemente lo necesito, pero seguro no lo quiero.

Xochipitzahuatl (Flor Menudita)

«Xihualacan huan poyohuan
Ti Paxalo ce María
Timiyehualotzan, huan Tonantzin
Santa María Guadalupe»…

La tierra que urde la memoria de aquel que la habita…

Los violines inundan la plaza y el son las almas de los reunidos en esta fiesta. Se ofrecen los huapangos a la Morenita y empieza la fiesta de los Huastecos. Con instrumento en mano y tacón listo se toca y se danza con la melancolía del tiempo. Dos días de canto a la tierra, de llamar a la sangre, de bailar a los viejos.

La herencia que se expresa en décimas, en requintos, no se recuerda, simplemente se nace con ella en estas tierras de sol, sierras, nubes y brisa. Se crece con el añoro en la punta de la lengua, con la canción en los poros de la piel, con el son en la yema de los dedos.

Él trabaja 14 horas al día en la milpa, saca 80 pesos al día y hierbitas pa vender en el mercado el domingo. Ella pizca y muele el maíz, trae el agua del río dos veces al día, barre el polvo suelto del piso de tierra y hace las mejores tortillas y sabrosos frijoles. Su chiquito tiene ya 2 años, con los cachetes colorados y la barriga de fuera se revuelca con el ‘toques’ porque no lo deja jalarle la cola.

Pero hoy es día de fiesta, los tres se lavan, peinan y visten con zapatos limpios. La música ya se escucha, el violin ya empezó a enchinar la piel y las campanas de la iglesia llaman no a misa, si no a recordar ancestros.

Él la abraza por la cintura, sube al chiquito a los hombros, se toma una cerveza. Ella  acomoda al chiquito, responde al abrazo y se toma una cerveza.

La danza empieza, los sones se suceden unos a otros, se comparten liras, se componen versos, se recitan décimas, se abrazan hermanos en la melancolía del huapango.

La plaza se llena de hombres del campo, de manos fuertes y brazos curtidos por el sol, de ojos cansados y mentes que sueñan, que saben algo sin saber qué.  De venas por donde corre sangre de artista, de artesano, de pensador y hombre libre.

Aquí el hombre de piel blanca no conquistó, pero llegó y usurpó tierras, impuso leyes e iglesias, fijó reglas y ató mentes. Blancos que viven en la huasteca, que beben su agua y comen de su tierra. El canto, el baile y el son están en sus frutas, en su aire y en sus ríos.

En el entarimado siguen sucediéndose jaranas, guitarras y violines, cantando su son los hombres de piel blanca honran a los de trabajo,  reconocen que aquí habitan y esta es su tierra, y esperan algún día ser reconocidos también como huastecos.

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